Las conexiones de soldadura blanda se realizan mediante la compresión de dos elementos metálicos, a la cual sigue un sobrecalentamiento momentáneo de los puntos de unión, de modo que el metal se funde en estos puntos y se sueldan así de forma permanente los dos elementos que se desean combinar.
Para llevar a cabo conexiones de soldadura blanda es necesario contar con soldadores, es decir, dispositivos que proporcionen la energía y la presión mecánica necesarias.
El procedimiento de soldadura blanda consiste en hacer pasar a través del elemento corriente a alta intensidad y baja tensión con el fin de calentarlo en un punto concreto, fundir el metal y soldarlo.
La presión realizada se incrementa mediante el uso de electrodos de cobre con forma de pincho que también suministran energía.
La ventaja de la soldadura blanda es su bajo coste. Esto se debe a que puede combinar sin necesidad de utilizar fundente metales que son difíciles de soldar, como el aluminio. Las conexiones de soldadura blanda son duraderas y resistentes a la tensión mecánica. La soldadura blanda es muy rápida y los metales se unen por un punto.
Este método se puede utilizar para unir elementos que no se pueden calentar ni siquiera durante cortos períodos de tiempo, como, por ejemplo:
Las conexiones de soldadura blanda se realizan mediante soldadores por resistencia, condensadores o ultrasónicos, que se diferencian en la forma en que calientan el metal en el punto de conexión. El inconveniente de este método es la necesidad de contar con ese tipo de dispositivo, que a menudo es grande, pesado y costoso, sobre todo si las conexiones implican elementos de mayores dimensiones.